BOX DE FERRARI
Abro este topic como punto de encuentro para tratar los temas generales que sobre Ferrari vayan surgiendo.
La historia de Ferrari es fascinante, adentremonos en ella desde sus comienzos hasta su futuro.
Este topic tiene un color, el rosso, disfrutemos del Cavallino amigos Ferraristas.
¡¡¡ FORZA FERRARI ¡¡¡
LA IMPARABLE CARRERA DE FERRARI.
El fabricante italiano supera todos los obstáculos y rompe su record de ventas: 1208 millones de euros en 2002.
En diez años ha doblado el número de deportivos vendidos y ha multiplicado por cinco la facturación.
Un redactor de Capital visitó la fábrica en Maranello, Italia.
Un viaje de ensueño. Ni Roma, ni Venecia, ni Milán. El mapa de Italia, Roberto y Andrés han marcado con un círculo rojo Maranello, una pequeña localidad al sur de Módena. Allí tiene su fábrica Ferrari, la marca de coches más prestigiosa del mundo y la más laureada de la Fórmula 1.
La visita es el plato fuerte que estos dos jóvenes colombianos se han reservado para su veraneo de 2003.
Pero la primera visita a Maranello tiene trampa. Nada más pasar el pueblo de Ubersetto, la carretera se empina y no deja ver nada. Pero, justo tras ese repecho y cuando menos lo esperas, aparece, enorme, el distintivo rojo y amarillo de Ferrari, con su cavallino rampante. Es la Pista de Fiorano, el circuito que la compañía construyó en 1982 para probar sus bólidos.
Ya en el pueblo, siguiendo por la Via Nazionale, que divide Maranello en dos, a la izquierda se puede ver la entrada a la fábrica y, a la derecha, el mítico Restaurante Ferrari, donde si ibas a comer a mediados del siglo pasado podías encontrarte en la mesa de al lado con Enzo Ferrari, el fundador de la marca, departiendo con pilotos de su escudería como Alberto Ascari, Juan Manuel Fangio o Niki Lauda. Roberto no puede más: ”¡Qué pasada¡ Chicos, chicos… ¡La Ferrari¡”.
Nadie iría a un pueblo perdido en Alemania para ver la fábrica de BMW o la de Porsche. Y menos desde Colombia. Pero, como Roberto y Andrés, miles de personas peregrinan cada año hasta aquí atraídos por la leyenda roja: doce Campeonatos del Mundo de Fórmula 1 , incluídos los cuatro últimos.
SE HA CONVERTIDO EN LA JOYA DEL MALTRECHO IMPERIO FIAT.
Y ésa es la principal baza de Ferrari. Posiblemente su motor no sea el mejor y quizá sus deportivos no son los más fiables, pero solo cuando vemos un Ferrari por la calle nos volvemos para mirarlo y envidiamos a quien lo conduce. Y ya sabemos que la envidia es una pasión capaz de mover muchísimo dinero. Si a eso le añadimos los impactantes diseños de Sergio Pininfarina y que la compañía limita sabiamente su producción a poco más de 4.000 coches al año, no es extraño que los ricos compradores hagan cola para tener y exhibir su Ferrari. Desde hace años, todo lo que sale de Maranello está vendido.
2002 FUE OTRO AÑO RECORD: AUMENTA SU FACTURACIÓN UN 15%.
Por eso, Ferrari ha vuelto a ver antes que ninguna otra marca de coches de lujo la bandera a cuadros de los campeones. En 2002 facturó 1.208 millones de euros, un 15% más que en 2001, que ya había sido el de mayor éxito de su historia. Los beneficios rondaron los 15 millones de euros, dándole una alegría a las maltrechas cuentas del Grupo Fiat, que controla el 90% de la firma. Y la crisis mundial nada tiene que ver con Ferrari: hasta septiembre de 2003 ha vendido 2.559 deportivos, 32 más que en 2002. Imparable.
Pero no siempre fue así. Cuando a finales de 1991Luca Cordero di Montezemolo llegó a la presidencia de la compañía, lo primero que hizo fue subirse a un Ferrari 348, uno de los modelos de la época, para darse una vuelta por Maranello. Al bajarse del coche no tenía cara de muchos amigos:”Con esta mecánica no llegamos al siglo XXI”, dijo.
En realidad, Montezemolo, un abogado de 55 años vinculado a la familia Agnelli y que estrenaba fama de gran gestor como organizador del Mundial de Italia ´90, lo único que hizo fue comprobar lo que todos los expertos sabían: el motor era excelente, el diseño inmejorable, pero la mecánica era un desastre. “Si en 1991 recorrías los 20 kilómetros que separan Maranello de Módena, era posible que el coche se rompiera”, reconocen en la empresa.
En eso Ferrari no había mejorado mucho a lo largo de los años. Aunque sus bólidos de competición eran los mejores porque su motor era superior, los coches deportivos que sacaba al mercado eran un fiasco. “Fallaba en los pequeños detalles. No era raro que las puertas no cerraran bien o que el parabrisas no funcionara”, dice alguien que conoce la historia. Tanto es así que, en los sesenta, un cliente, Ferrucio Lamborghini, harto de esos pequeños fallos, decidió montar su propia fábrica y “enseñarle a hacer un buen coche”, le gritó por teléfono a Enzo Ferrari. Así nació Lamborghini, hoy en manos de Audi.
En los ochenta, la marca hizo un especial esfuerzo por mejorar esos pequeños detalles, pero la calidad de los coches seguía estando muy lejos de su leyenda, a la que cada día se le unía una historia nueva. Cuentan que a Nigel Mansell, piloto de la escudería a finales de los ochenta, un desconocido le fue poniendo billetes en el capó de su F40 (un modelo de producción limitada) hasta que se lo vendió. Dicen que la cifra superó los 600.000 euros.
COMIENZA LA “REVOLUCIÓN MONTEZEMOLO”: LOS AVANCES TÉCNICOS.
Pero lo cierto es que, cuando llegó Montezemolo, la calidad de los Ferrari era mala. Pronto cambió todo, porque este abogado de 55 años nacido en Bolonia vio cosas impensables. Por ejemplo, los ingenieros de Fórmula 1 no compartían sus avances tecnológicos con sus compañeros de la división de coches de carretera. Los millones de euros que la escudería gastaba en investigación y que servían para mejorar los bólidos de competición, no se aplicaban luego a los modelos deportivos. Montezemolo se echó las manos a la cabeza y obligó a ambas divisiones a trabajar juntas. El resultado lo reconoce toda la industria: frenos de carbono, caja de cambios automática, más aerodinámica, más electrónica, más velocidad…
El mejor ejemplo de la nueva Ferrari es su último modelo de producción limitada, el Enzo Ferrari. Un bólido de 660 caballos de potencia que corre a 350 kilómetros por hora porque tiene instalados todos los avances de la Fórmula 1. Sólo se van a fabricar 399 coches y, pese a que su valor es de 660.000 euros, se agotó en tres meses.
Ahora sí un Ferrari respondía al prestigio de su nombre. Superado ese reto, Montezemolo tenía otro encima de la mesa: aumentar las ventas sin romper uno de sus puntos fuertes, la exclusividad. A los clientes de Ferrari les gusta saber que forman parte de ese puñado de privilegiados que conducen una máquina que cuesta 180.000 euros.Que el torero Jesulín de Ubrique se quedara sin el F50que pidió, aumenta el prestigio de la marca. Incluso, en los ochenta, había una lista de espera que superaba los dos años, pagándose millones sólo por subir unos puestos.
Por eso, Montezemolo, tenía claro que no debía bajar los precios para vender más coches. Hubiese dinamitado el prestigio de la marca, como hizo Porsche, que a mediados de los noventa sacó el Boxter (60.000 euros). Lo que hizo el presidente de la firma fue sencillamente abrir nuevos mercados. En 1992 Ferrari se vendía en 30 países (en Estados Unidos, Alemania y Suiza vende el 70% de su producción). Pues bien, hoy un Ferrari se puede comprar en 45 países y pronto se unirán al club rusos y chinos. Los números cantan: en 1993 la marca vendió 2.250 coches y nueve años más tarde fueronmás de 4.500 (70 en España). Y lo mejor es que las listas de espera continúan y los clientes siguen siendo exclusivos: el Sultán de Brunei. Eric Clapton, Ronaldo…
Por si fuera poco, los éxitos en Fórmula 1 volvieron después de veinte años de fracasos. En 1999, el alemán Michael Schumacher ganó de nuevo el título mundial rodeado de miles de tifosi. Montezemolo sonreía cuando veía un circuito teñido de rojo. Pero se enfadó cuando le echó un vistazo a los ingresos por merchandising: seis millones de euros.
ALBERTO GRIPPA, DE LA DISNEY, SE INSTALA EN MARANELLO.
El presidente de Ferrari no podía creerlo. En 2001 le quitó la licencia a la empresa sueca Ferrari Idea y se llevó la gestión a Maranello. Fichó a Albert Grippa, de la Disney, que desarrolló nuevos productos con las mejores marcas: los relojes con Girard Perregaux, los videojuegos con Electronic Arts, la ropa con Fila… El año pasado ingresó 20 millones de euros, el triple que en 2000. Además, en abril de 2002 Ferrari inauguró en Maranello la primera de las cinco tiendas oficiales que abrirá en el mundo. Otra vez la exclusividad.
Montezemolo ha revolucionado Maranello. Ha mantenido lo bueno, (coches personalizados fabricados a mano, exclusividad de la marca) y ha cambiado lo negativo. Poco importa que Fiat le haya dado un sueldo extraordinario de 20 millones de euros (por eso han bajado los beneficios en 2002), porque en 2003 habrá buenas noticias. Sobre todo porque Maserati, la firma que Ferrari compró en 1997 cuando estaba al borde de la quiebra, ya está entre las marcas más reconocidas y ha pasado de vender 700 coches en 1998 a 3.300 cuatro años más tarde. Y la previsión es que en 2004 gane dinero. Quizá entonces, el párroco de Maranello haga sonar las campanas de la iglesia, como cada vez que Ferrari gana una carrera.
Carlos Ribagorda, desde Maranello (Italia).
Revista Capital, octubre 2003.