El súbdito británico sustrae del interior de las instalaciones italianas la cantidad de 80.000€ sin percatarse de que el hurto está siendo grabado por las cámaras de seguridad. Tras la pertinente denuncia es capturado y conducido ante las autoridades locales, quienes delegan el caso al consulado inglés. Encontrando éstos, delictivos los hechos, acuerdan castigarle con una multa de 20.000€.
Sus cuentas arrojan ahora un positivo de 60.000€. Viva la justicia.